El comienzo es la mitad de toda acción.

Porque es tan simple, y a la vez tan difícil.

Gracias por no juzgar. Gracias por escuchar sin opinar. Gracias por hacerme saber que siempre estarás allí si te necesito. Gracias por hacerme saber que, aunque hago cosas que no comprendes, me estás esperando.

Gracias por darme tu mano cuando mas la necesité; gracias por ser quien eres y por arroparme y apoyarme cuando nadie se daba cuenta. 

Gracias por ser tú quien me ha enseñado a llamar por su nombre a las cosas...

 Por haber compartido conmigo cada momento, por llorar juntas, por tenerme la confianza y contarme tus penas, por creer en mí, por hacerme aceptar mis errores, y hacer que yo me ría de mí en algún momento, después de explicarme las bromas que tiene la vida y que yo no lograba entender. Por hacerme sentir que a tu lado todo es más fácil...

Solo tu me quieres como soy, me entiendes porque tu sabes mi vida y hemos estado juntos en las buenas y malas.
Por que me enseñaste a vivir sin complicaciones,
por que confiaste en mí sin condiciones.

 

                                                                     A.E.